El estrés causado por los padres es crítico en el bienestar emocional de los hijos. La semana anterior vimos cómo las actitudes de los padres pueden ser la causa del estrés de sus hijos. Esto ocurre cuando sus expectativas no son compatibles con las habilidades e intereses de los hijos. Por ejemplo hay padres que les piden a sus hijos que saquen calificaciones excelentes cuando su potencial intelectual les permite un desenvolvimiento normal. Otros exigen la perfección en los deportes y habilidades musicales. Hay jóvenes que tratan de complacer las exigencias de sus padres, sometiéndoselos a esfuerzos sobrehumanos que no producen el resultado esperado. Por el contrario, estos generan sentimientos de fracaso, inseguridad, baja autoestima, ansiedad, tristeza y enojo. En casos extremos puede experimentar agresividad verbal, física o psicológica, estados de pánico, bajo rendimiento escolar y trastornos psicosomáticos (enfermedades físicas por causas nerviosas).

Ante estas exigencias irreales de sus padres, otros hijos prefieren evadir su frustración buscando engañosos métodos para calmar sus angustias, como son el uso y abuso del alcohol, drogas, sexo desenfrenado, incorporación a maras, refugiarse en la computadora, etc. Cómo puede verse tipo de estrés no fortalece al individuo.